DONDE HABITE EL OLVIDO
Luis Cernuda - Dorothea Lange
Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo solo sea
memoria de una piedra sepultada entre
ortigas,
sobre la cual el viento escapa a sus
insomnios.
Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los
siglos,
donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor,
ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea
mientras crece el tormento.
Allá donde termine este afán que exige
un dueño a imagen suya,
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizontes
que otros ojos frente a frente.
que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que
nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un
recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo
yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.
Luis Cernuda - Dorothea Lange
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