East
Coker
T. S.
Eliot - Mario Giacomelli
En mi
principio está mi fin. Una tras otra
Las casas
se levantan y se derrumban, se
desmoronan, se extienden,Son
arrancadas, destruidas, restauradas, o en su lugar
Queda un
baldío, una fábrica o un paso a desnivel.
Viejas
piedras para nuevos edificios,Vieja
leña para nuevas hogueras,Viejas
hogueras para las cenizas y cenizas
para la tierraQue ya es
carne, pieles y heces,
Huesos
humanos y animales, tallos y hojas de cereal. Las casas
viven y mueren.Hay un
tiempo para la construcción,Un tiempo
para habitar y engendrar Y un
tiempo para que el viento rompa el cristal desprendidoSacuda
las maderas en que trota el ratón del campo Y el
tapiz en jirones donde se halla bordado
Un lema
silencioso.En mi
principio está mi fin. Ahora cae la luz
A lo
largo del campo abierto oculta
con sus ramas la honda vereda,Vereda
oscura en el anochecer
Donde uno
se protege contra el talud cuando pasa un vehículo,
Y la
honda vereda insiste en continuarHasta la
aldea hipnotizada en el calor eléctrico.En la
neblina cálida la luz sofocante
Es
absorbida, no refractada, por la piedra gris.Duermen
las dalias en el silencio vacío.
Esperan
al búho que llega temprano.
En ese campo abierto, Si uno no
se acerca demasiado, si uno no se acerca demasiado,
En una
medianoche de verano se puede oír
La música
de la débil gaita y el tamboril
Y ver la
danza en torno de la hoguera
La unión
del hombre y la mujerEn bailes
que significan matrimonio—
Un
sacramento noble y útil.
De dos en
dos, en conjunción necesaria,Tomados
de la mano o de los brazos
Como
símbolo de concordia.Dan
vueltas a la hogueraSaltan
sobre las llamas o se unen en corros,
Rústicamente
solemnes o en rústica risa
Levantan
sus pesados pies en toscos zapatos,Pies de
tierra y arcilla que se alzan en el júbilo del campoEl júbilo
de aquellos que están bajo la tierra
Desde
hace mucho y nutren los cereales.Llevan el
tiempo, marcan el ritmo de su danza,
Como
viven al ritmo de las vivientes estaciones,El tiempo
de las estaciones y las constelaciones,El tiempo
de la ordeña y el tiempo de la cosecha,
El tiempo
de ayuntarse hombre y mujer
Y el de
los animales. Pies que suben y bajan,
Comida y
bebida, estiércol y muerte. El alba ya despunta y otro día
Se
dispone al silencio y al calor.El viento
de la aurora mar adentro
Ondula y
se desliza. Estoy aquí o allá o
en otra parte. En mi principio.
T. S. Eliot - Mario Giacomelli