AMOR
Efraín
Huerta - Werner Bischof
El
amor viene lento como la tierra negra,
como
luz de doncella, como el aire del trigo.
Se
parece a la lluvia lavando viejos árboles,
resucitando
pájaros. Es blanquísimo y limpio,
larguísimo
y sereno: veinte sonrisas claras,
un
chorro de granizo o fría seda educada.
Es
como el sol, el alba: una espiga muy grande.
Yo
camino en silencio por donde lloran piedras
que
quieren ser palomas, o estrellas,
o
canarios: voy entre campanas.
Escucho
los sollozos de los cuervos que mueren,
de
negros perros semejantes a tristes golondrinas.
Yo
camino buscando tu sonrisa de fiesta,
tu
azul melancolía, tu garganta morena
y
esa voz de cuchillo que domina mis nervios.
Ignorante
de todo, llevo el rumbo del viento,
el
olor de la niebla, el murmullo del tiempo.
Enséñame
tu forma de gran lirio salvaje:
cómo
viven tus brazos, cómo alienta tu pecho,
cómo
en tus finas piernas siguen latiendo rosas
y
en tus largos cabellos las dolientes violetas.
Yo
camino buscando tu sonrisa de nube,
tu
sonrisa de ala, tu sonrisa de fiebre.
Yo
voy por el amor, por el heroico vino
que
revienta los labios. Vengo de la tristeza,
de
la agria cortesía que enmohece los ojos.
Pero
el amor es lento, pero el amor es muerte
resignada
y sombría: el amor es misterio,
es
una luna parda, larga noche sin crímenes,
río
de suicidas fríos y pensativos, fea
y
perfecta maldad hija de una Poesía que
todavía rezuma lágrimas y bostezos, oraciones
y agua, bendiciones y penas.
Te
busco por la lluvia creadora de violencias,
por
la lluvia sonora de laureles y sombras,
amada
tanto tiempo, tanto tiempo deseada,
finalmente
destruida por un alba de odio.
Efraín Huerta - Werner Bischof
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