Uno es el hombre
Jaime Sabines - Henri Cartier-Bresson
Uno es el hombre.Uno no sabe nada
de esas cosas
que los poetas,
los ciegos, las rameras,
llaman
"misterio", temen y lamentan.
Uno nació
desnudo, sucio,
en la humedad
directa,y no bebió
metáforas de leche,
y no vivió sino
en la tierra(la tierra que es
la tierra y es el cielo
como la rosa,
rosa pero piedra).
Uno apenas es una
cosa cierta
que se deja
vivir, morir apenas,y olvida cada
instante, de tal modo
que cada instante
nuevo, lo sorprenda.
Uno es algo que
vive
algo que busca
pero encuentra,algo como hombre
o como Dios o yerba
que en el duro
saber lo de este mundo
halla el milagro
en actitud primera.
Fácil el tiempo
ya, fácil la muerte,fácil y rigurosa
y verdadera
toda intención de
amor que nos habita
y toda soledad
que nos perpetra.
Aquí está todo,
aquí.
Y el corazón aprende
—alegría y dolor—
toda presencia;
el corazón
constante, equilibrado y bueno,
se vacía y se
llena.
Uno es el hombre
que anda por la tierra
y descubre la luz
y dice: es buena,
la realiza en los
ojos y la entrega
a la rama del
árbol, al río, a la ciudad
al sueño, a la
esperanza y a la espera.
Uno es ese
destino que penetra
la piel de Dios a
veces,
y se confunde en
todo y se dispersa.
Uno es el agua de
la sed que tiene,
el silencio que
calla nuestra lengua,
el pan, la sal, y
la amorosa urgenciade aire movido en
cada célula.
Uno es el hombre
—lo han llamado hombre—
que lo ve todo
abierto, y calla, y entra.
Jaime Sabines - Henri Cartier-Bresson
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