viernes, 15 de julio de 2016

Éste es un amor

ÉSTE ES UN AMOR
                       Efraín Huerta - Henri Cartier-Bresson

Éste es un amor que tuvo su origen
y en un principio no era sino un poco de miedo
y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.
Un amor bien nacido de ese mar de sus ojos,
un amor que tiene a su voz como ángel y bandera,
un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo húmedo,
un amor que no tiene remedio, ni salvación
ni vida, ni muerte, ni siquiera una pequeña agonía.
Éste es un amor rodeado de jardines y de luces
y de la nieve de una montaña de febrero
y del ansia que uno respira bajo el crepúsculo de San Ángel
y de todo lo que no se sabe, porque nunca se sabe
por qué llega el amor y luego las manos
-esas terribles manos delgadas como el pensamiento-
se entrelazan y un suave sudor de -otra vez- miedo, brilla como las perlas abandonadas
y sigue brillando aún cuando el beso, los besos, los miles y millones de besos se parecen al fuego
y se parecen a la derrota y al triunfo
y a todo lo que parece poesía -y es poesía.
Ésta es la historia de un amor con oscuros y tiernos orígenes:
vino como unas alas de paloma y la paloma no tenía ojos
henri-cartier-bresson-henri-matisse-vence-france-1944y nosotros nos veíamos a lo largo de los ríos
y a lo ancho de los países
y las distancias eran como inmensos océanos
y tan breves como una sonrisa sin luz
y sin embargo ella me tendía la mano y yo tocaba su piel llena de gracia
y me sumergía en sus ojos en llamas
y me moría a su lado y respiraba como un árbol despedazado
y entonces me olvidaba de mi nombre
y del maldito nombre de las cosas y de las flores
USA. California. Big Sur. 1947. US writer, Henry Miller.
y quería gritar
 y gritarle al oído que la amaba
y que yo ya no tenía corazón para amarla
Delhi. 1966. Street photographer in the old city.
sino tan sólo una inquietud del tamaño del cielo
1968 junio_París_Mayo del 68_Cartier-Bresson
y tan pequeña como la tierra que cabe en la palma de la mano.
1948 India_Cartier Bresson
Y yo veía que todo estaba en sus ojos -otra vez ese mar-, ese mal, esa peligrosa bondad,
ese crimen, ese profundo espíritu que todo lo sabe
y que ya ha adivinado que estoy con el amor hasta los hombros,
hasta el alma y hasta los mustios labios.
Ya lo saben sus ojos y ya lo sabe el espléndido metal de sus muslos,
ya lo saben las fotografías y las calles
y ya lo saben las palabras -y las palabras y las calles y las fotografías
ya saben que lo saben y que ella y yo lo sabemos y que hemos de morirnos toda la vida para no rompernos el alma
y no llorar de amor.
France. Vaucluse. Avignon. 1969.

Henri Cartier-Bresson Efraín Huerta

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